- Problemas de drenaje: Como tuberías obstruidas o mal diseñadas que pueden provocar inundaciones o acumulación de agua alrededor de la propiedad.
- Daños por terremotos o desastres naturales anteriores: Si la propiedad ha experimentado terremotos u otros desastres naturales en el pasado, podrían haber quedado daños estructurales ocultos que necesiten reparación.
- Deficiencias en el sistema de climatización: Problemas con el sistema de calefacción, ventilación o aire acondicionado, como unidades obsoletas o mal mantenidas que no funcionan correctamente.
- Material de construcción de baja calidad: En ocasiones, se pueden utilizar materiales de construcción de baja calidad para abaratar costes, lo que puede resultar en problemas a largo plazo, como deterioro prematuro o fallos estructurales.
- Infiltraciones de gas: Fugas de gas ocultas que pueden representar un grave riesgo para la seguridad de la vivienda y de sus ocupantes.
- Problemas de insonorización: Deficiencias en el aislamiento acústico que pueden provocar molestias con los vecinos o reducir la privacidad dentro del hogar.
- Daños en la cubierta: Problemas en el tejado o la cubierta, como goteras o tejas rotas, que pueden causar filtraciones de agua y daños en el interior de la vivienda.
- Efectos de la humedad ascendente: Problemas causados por la capilaridad del suelo, que puede provocar daños en las paredes y problemas de salud debido al moho y la humedad.
- Problemas de accesibilidad: Si la reforma no tiene en cuenta las necesidades de accesibilidad, podrían surgir problemas relacionados con la movilidad dentro del hogar.
- Ocultamiento de defectos anteriores: En algunos casos, los propietarios anteriores pueden haber ocultado defectos existentes en la propiedad, como reparaciones mal realizadas o problemas estructurales no resueltos.
Es fundamental realizar una evaluación completa de la propiedad antes de iniciar cualquier reforma para identificar y abordar estos posibles vicios ocultos. Trabajar con profesionales cualificados y realizar inspecciones periódicas durante el proceso de reforma puede ayudar a prevenir problemas y garantizar que la vivienda se encuentre en óptimas condiciones una vez completada la obra.